Thursday, December 06, 2007

México DF a 6 de Diciembre de 2007

Hace un par de horas encontré entre mis papeles una carta tuya; una de las pocas que me escribiste durante los 4 meses tres días que duró nuestra relación.

Cuando la leí, no sabes el montón de recuerdos que me vinieron a la cabeza. Unos muy padres, otros no tanto, pero todos igualmente importantes.

En ésa carta me decías como te sentías en uno de los tantos lapsos en los que nos habíamos peleado. Me explicabas que pensaste tanto tú como tu contraparte cuando platicaste con Esteban. También mencionabas fragmentos de tu historia que fueron razones para que llegaras al estado en el que estás.

“Pase lo que pase yo te amaré, aunque sea otro amor no correspondido, y hoy haré lo que nunca… luchar por nuestra relación; no hay mucho detalle en esta carta, pero eso sí… no me rendiré”.

Cuando leí ese párrafo en específico, no pude evitar preguntarme ¿qué paso con ello? Y después de una buena reflexión, sólo me quede con más dudas.

Recordando más momentos me di cuenta que ambos cometimos errores… y ninguno de los dos supimos manejar las situaciones que vinieron con ellos, y mucho menos pedir perdón.

¿Sabes? Creo que de haber sido un poco más comprensivos, honestos y justos y de habernos tenido un poco más de respeto, nuestra relación hubiera seguido y si no, al menos no estaríamos actuando de esta manera absurda e inmadura.

Hay una canción que es de mis favoritas y dice “siempre supe que es mejor, cuando hay que hablar de dos, empezar por uno mismo”, así que tomaré el consejo.

Pues… la verdad es que no sé que decir. Sé que tengo ‘n’ cantidad de fallas, defectos, etc. Sé que llegué a colmarte la paciencia en varias ocasiones y a hacerte sentir fatal en otras tantas. Te pido disculpas por eso.

¿Sabes otra cosa? Yo no planeaba pedir perdón. Creo que eso quedo más que claro en aquel TecFest, ¿no? Pero algo que me dijo una amiga me hizo pensar y creo que demuestro madurez y calidad humana al hacerlo.

Tú decías que temías quedarte solo, que necesitabas sentirte querido. Lamento no haber llenado tus expectativas. Realmente lo lamento, porque fuiste para mí una persona importante.

Pero basta de hablar de mí, es hora de preguntar: ¿realmente me amaste? ¿qué esperabas de mí?, ¿crees que fui un error?, ¿te fui importante o solo fui alguien o algo más?

A veces pienso que fue un error de ambos tener una relación más allá de la amistad que teníamos. Mira a lo que nos llevó, a ni siquiera poder ser corteses…

Sé que muy probablemente esta carta se vaya a la basura, que haya sido una pérdida de tiempo escribirla, pero me era necesario hacerlo. Necesitaba cerrar el ciclo que había quedado inconcluso hasta hoy.

Sé que tienes una nueva relación y de verdad os deseo lo mejor. Espero que ella sí te pueda dar lo que yo no pude. Deseo de todo corazón que te vaya bien en la vida, que consigas alcanzar todas tus metas, que sepas entender que todos cometemos errores, que no siempre ni toda la gente quiere hacerte daño.

Pero sobre todas las cosas, deseo que encuentres a una mujer que pueda realmente ayudarte a salir de la depresión en la que estás; una mujer que pueda borrar esos momentos de desolación y llene tu existencia de luz y amor.

Te amé, pero es hora de seguir adelante…