Thursday, July 24, 2014

Debrayes de constitucionalidad y democracia anti versus pro(gresitud)

Considerando todo el cúmulo de reformas jurídicas y los actos en la práxis de este gobierno/legislatura, no me queda más que declarar lo siguiente:


Juicio político a lxs integrantes de la LXII legislatura que votaron a favor de la reforma electoral por atentar contra el Estado laico al permitir que los ministros de cultos religiosos puedan emitir opiniones políticas y 'guiar' el voto popular desde el púlpito.



Por supuesto que esto me ganó un comentario acertado, pero que -considero- no observó el punto que dio pie a la declaración. Cito:


"Por qué ser ministro de culto debe limitar tus derechos de expresión? Que no es este un derecho fundamental? Un derecho humano? Los ministros de culto no son humanos? No merecen este derecho? Mal ahí licenciada, mal ahí"



Mi respuesta fue la siguente. Cito:


"No, creo que tiene razón de ser. La cuestión no es limitarles el derecho a expresar sus opiniones... siempre que no estén en una posición de poder. Y aceptémoslo, en México, lo que dicen los curas sigue siendo un referente de conducta para mucha gente. Decir que "las propuestas de x o y candidatx atentan contra la fe y la religión x o y, que esx candidatx no es dignx de la divinidad x o y porque atenta contra su reino" me parece una forma real de influir sin fundamento racional ni discusión democrática y tolerante en el resultado electoral, que además responderá a los intereses político y económicos de las distintas asociaciones religiosas.
Es -creo- un argumento similar a la expresión o manifestación de las posturas etico-políticas fundamentadas en la religión por parte de funcionarixs públicxs. Ya lo he dicho: me da exactamente lo mismo qué religión, creencia, culto, filosofía de vida, similares y conexos profesen, pero no mientras ejerzan su cargo. El ejemplo más claro es la comisión de la familia del (no tan) H Senado de la República: considerar un único modelo de familia, proteger la vida desde la concepción, dificultar el reconocimiento de los derechos sexuales y reproductivos a las mujeres y a la comunidad LGBTTTI...
No sé, creo que es mi postura apóstata, atea, liberal y progresista recalcitrante hablando. Pero así como se les permite a ellxs hacer una reforma que menoscaba la -ya de por sí- dudosa legitimidad de los procesos electorales y el sistema democrático en el país, también yo tengo derecho a pensar lo anteriormente expresado, ¿no crees?
Por cierto, los ministros pueden expresar su opinión... como cualquier ciudadanx. Siempre que lo hagan fuera del púlpito, cátedra, misa, servicio religioso, conglomeración, celebración, acto -similares y conexos-, así como lxs funcionarios pueden asistir a ellos y practicar y profesar sus creencias -y demás relativos- fuera de su encargo. Como particulares, que hagan lo que se les de la gana.



La respuesta fue la siguente. Cito:


De acuerdo, la última postura es MUY distinta a la primera. Todo ser humano debe tener plenos derechos. Independientemente de quien sea o que haga. En las democracias hay, y que bueno que así sea, muchas expresiones y muchos puntos de vista. Todos respetables y todos válidos. No queramos imponer un punto de vista por ser "progresistas". A lo mejor tu significado de familia es MUY distinto al significado que tiene una persona muy religiosa. Así son las democracias. Y una persona muy religiosa va a escuchar a aquella que sea muy religiosa. Por que son afines y piensan igual. No por eso debemos limitar los derechos de otros. Bajo pretexto de que lo que esa persona predica o piensa es antiprogresista. Que seamos un Estado laico no quiere decir que sus habitantes deban serlo también.



Mi respuesta fue la siguente. Cito:


"Completamente de acuerdo, pero el punto es evitar que, fundamentando los argumentos en las posturas religiosas, se le reste legitimidad a las propuestas que haga x o y candidatx y por consiguiente la población se "cierre" a escuchar el -de por sí escaso y de mala calidad- debate político, o que se limiten los derechos de otrxs porque son contrarios a los principios fundacionales de un credo o religión.
¿Por qué negarle el derecho a fundar una familia a una pareja de la diversidad/disidencia sexo-genérica, sólo porque "mi Di_s dice que es antinatural"?¿Por qué negarle a una mujer el derecho a decidir sobre su propio cuerpo y su derecho a la planificación familiar -por cualquier método- por el simple hecho de que uno (o varios) "mi Di_s dice que es pecado"?
El problema que tenemos como sociedad y cultura, es que no sabemos -o no se nos da la gana- separar nuestras creencias particulares de las posturas propias de nuestras obligaciones o nuestros puestos de poder. Y eso, a mí me parece peligroso.



Me quedan tres cosas claras a raíz de esta sana discusión virtual:

  1. soy bastante más intolerante de lo "tradicional y conservador" de lo que me gustaría admitir;
  2.  soy tan radical como quiero ser... o un poco menos, que es bastante más de lo que es necesario y/o prudente, y
  3. que no soy precisamente clara en la expresión de mis ideas

Sobre el último punto, quizá deba hacer la reflexión de si es o no necesario para motivar/generar debate y si es prudente o arriesgado seguir con la estrategia/error intencional. Seré honesta: esto de hacer discusión a martillazos puede resultar contraproducente... para el régimen actual, pero la cuestión fundamental es si eso ayuda a generar un régimen en donde lo habitual sea la sana discusión de puntos e ideas, así como de propuestas enriquecidas por el diálogo democrático...

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