Friday, April 11, 2008

¿Qué hechizo lanzaste contra mí? Te suplico que me digas, porque necesito deshacerlo. Debo volver a mi vida y olvidarme de este dulcísimo letargo...

Quisiera despertar, pero la única medicina que me haría regresar a la vida es una que albergan tus labios. Tan sólo los veo y juro que casi puedo imaginar, imaginar el sabor de ése elixir milagroso.

Tan sólo de escuchar tu rítmica voz, me dejas hecha una algarabía de pensamientos que siempre fluyen del mismo manantial: Tú.

La sola imagen de tus labios sobre los de ésta ilusa pecadora es más salvación que nunca podré llegar a comprender, pero me tiene sin cuidado la comprensión de algo mucho mas etéreo, que rige sin duda alguna, todas mis acciones.

Escribo con el corazón en la mano. El papiro de mis emociones se tiñe con la sangre de esta rosa marchita, cuya prueba de existencia sólo quedará guardada hasta que este mismo papiro desaparezca.

Es curioso lo bella y volátil que es la vida. Es enigmática y variada. Dulce cuando hay amor y ácida cuando se pierde lo que una más aprecia; salada cuando se tienen contratiempos del tipo que no se le desea a nadie y amarga cuando no podemos levantarnos después de una caída estrepitosa.

Es intrigante cómo un sólo instante puede marcar el rumbo de nuestras vidas.

Dime, ¿cómo borro el instante en que nos separamos? ¿cómo olvido lo que me hiciste sentir cuando aún me llamabas tu niña? ¿cómo seguir adelante si todo mi mundo se desvaneció?

Sólo me conformo con una mirada tuya. Pero no cualquier mirada, sino una que albergue todo el amor que tal vez alguna vez tu corazón sintió por mí, toda la dulzura con la que me llamabas tuya y me rodeaban tus brazos y que a la vez me diga si lamentas el que ya no estemos juntos.

Te pediría un beso, pero es injusto pedirte tanto cuando sé que yo misma no lo quise dar en su momento, sin embargo lo necesito para continuar...

No comments:

Post a Comment