Saturday, January 03, 2009

Historia de un imposible...

Te encontré de repente, mientras vagaba por la vida sin un destino fijo. Iba bailando plácidamente por cualquier camino atractivo, sin siquiera voltear a ver lo que tenía delante de la nariz... no me importaba nada, estaba en un trance del cuál salí cuando te dirigiste a mí.

Lentamente me fui percatando de un ser maravilloso, que sólo se mostraba transparente sin más que él. Y me vi arrastrada sin remedio al vórtice de una pasión desenfrenada, que estaba en el anonimato. Trataba de seguirte los pasos sin ser obvia... quería acercarme a ti y no supe cómo; supongo que sigo sin saberlo...

De la nada comencé a soñarte, a decir tu nombre sumida en la inconsciencia. Te veía en todos lados, incluso cuando me sentaba a dejar volar la imaginación. Cada imagen era etérea, sin más realidad que mis simples quimeras. Y entonces te fuiste volviendo una obsesión, firme pero flexible, casi racional... y fue cuando realmente comprendí lo visceral de mis emociones... lo inocuo de las ilusiones... lo genuino de mi sonrisa a cualquier recuerdo tuyo y mío... nuestro...

Paulatinamente, mientras el sentimiento se hacía mas fuerte y más maduro, las fantasías también cambiaron... y entonces me di cuenta de la naturaleza del deseo, del instinto que se dispara cada que estoy cerca de ti, de la humedad en mis labios... del sonrojo de mis mejillas si nuestras miradas se encuentran, del escalofrío que recorre mi espalda cuando intentas descifrarme... de la arrítmica aceleración de mi pulso y mi respiración cuando te miro... de la creciente duda de mí... de ti... de nosotros... inexistente nosotros...

Pensé que los impulsos me ganarían otra vez. Que me vería a mí misma repitiendo la historia de mi vida. Que en algún momento un desliz momentáneo me haría caer en el mismo error del que ya había perdido la cuenta. Me vi huyendo de todo el mundo; encerrándome de vuelta en mi utopía... Pero por alguna razón… ese momento no ha llegado. La racionalidad sigue superando al anhelo por ahora. Elegí que eligieras tú. Que sería paciente. Decidí no actuar, no por falta de motivos, sino por mera incertidumbre... o timidez...

Tal vez en un mañana... puede ser en un tal vez... quizá pueda alcanzarte, estrella...

¿Cómo es que puedes llevarme sin esfuerzo a la cima del éxtasis? ¿Cómo es que aún no te das cuenta del suspiro que lleva tu nombre, de la lágrima con firma exacta del poeta, con la vuelta que tiene el ritmo sensual de un jazz? ¿Cómo puedes ver lo evidente, saber acerca de lo más sublime, y al tiempo no reconocerlos en una mezcla imperfecta? ¿Cómo es que no detectas, cazador, a tu presa voluntaria, a la que cazaste sin la intención de hacerlo? ¿Cómo te hago olvidar al objetivo dañino y escurridizo, y notar al que ya capturaste?

Arte. Para mí, tú eres arte. En esencia paz, belleza en tu faz. Causas amor en ésta espectadora; emanas pasión de tu razón de ser.

Juro que te Amo. Juro que te extraño cuando no estás. Juro que me muero cada vez que tú te vas.

Eres armonía, eres fuente de poesía. Eres tentación desesperada, eres inspiración disimulada. Eres mi delirio, eres mi destino...

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