Monday, January 05, 2009

Hoy hubo una tormenta. El cielo teñido de gris fue mi lienzo, en donde plasmé el más nítido y hermoso retrato de tus ojos.

La lluvia y mis lágrimas fueron la tinta... dos colores parecidos que formaron el marco; mi anhelo le dio un balance a la luz y a la oscuridad de el misterio que albergan. La confusión fue el pincel que utilizaron mis ávidas manos.

Hice una impresión de tal celestial imagen para mis negros días, para mirarla en otros días de lluvia... para impedir que las descendientes gotas me borren tu recuerdo...

Cayeron las de hoy, y sin más se fueron lejos, sin volver la vista atrás. Esperaré. Tal vez algún día comprendas que yo sigo aquí...

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