Tuesday, June 23, 2009

¿Te importaría morir en mis brazos? ¿Sucumbir a la tentación que presenta mi oferta pasional? ¿Entregarte a la volubilidad de mis deseos? ¿Dejarte robar un beso por mis labios furtivos y asustados, perennemente asediados por dudas de sí? ¿Alimentarías un alma que se ha ido hacia tu luz?

Ríndete y déjame rendirme. Acepta como tributo mi corazón palpitante.

Guarda sus secretos como si fueran versos; cuida de él como si fuera lo más bello que te pudiera entregar. Nunca cuestiones la pureza del sentimiento que te regalo sin que lo pidieras. Es genuino, es sensible... Es como yo: intenso, confuso, indeciso e irracional, pero siempre constante, presente en las orillas, eternamente ahí... Déjalo ser faro, ser sostén, ser... inspiración...

Y entonces así, rendidos y desnudos, busquemos aquella ruta al paraíso, encontremos el número infinito, la razón primera de todas las cosas... convirtámonos en el centro del universo que se reduce a dos... Deja que el roce de tu piel contra la mía sea lo que cubra nuestra intimidad, que la luz de tu mirada nos alumbre...

Hoy mi sange fluye fuera de mis venas: corre por mis mejillas,por mis manos; por mi torso sediento de tu piel. Brota delicadamente por mis labios secos, por mis ojos desvelados, por mis pies andantes de rumbos tuyos que no llevan a ti...

Hoy el manantial de mis ilusiones se duerme en aras del sosiego, que será cierto cuando no seas más barril sin fondo...

Sunday, June 14, 2009

Después de leer, lloré. Lloré de rabia, de desconcierto, de desolación. Pero sobre todo, lloré de amor sin esperanza. Tragarónme mis lágimas, me encerró mi corazón marchito y en la soledad del cautiverio recordé aquel sueño... la imagen del mar que con toda su fuerza, me hundía sin poder salir.

La angustia que se llenó de silencio, el miedo que tenía sabor a sal, la opresión aguamarina que se cernía alrededor de mi pecho se volvieron el instrumento de un fallido intento artístico... y del comienzo del final de mi sensatez.

Me encuentro en la oscura soledad de mi habitación, rodeada de velas, arrullada por un murmullo ininteligible, envuelta solamente por la luz de una luna menguante y el aroma de un recuerdo vago y difuso, que tal vez sea sólo un delirio del alma moribunda que todavía se aferra a mí...

¿Cuán dulce puede ser la agonía? ¿Cuán agradable es la tortura de la ausencia? ¿Qué tan placentero será el morir a la sombra de unas ganas locas de besarte y una consciencia que lo impide?

Me pregunto porqué jugaste así, con reglas inconstantes; inconstantes como tú; como tus palabras dirigidas a mis oídos; como tus miradas que me buscaban; como la luz en tus ojos, que jamás llegué a ver con la luna sobre tu cabeza. Inconstante como mi respiración cuando estás cerca; como mis pasos de baile a la cadencia de tu mando; como toda mi vida cuando gira en torno a ti...

Sale de mi cuello un gemido de tristeza cuando comprendo que tu naturaleza es ésa: probar, inquietar y volar lejos. Y es precisamente tu naturaleza la que ha dejado a la mía tirada sobre la sal de la arena sin mar, luchando por sobrevivir con una herida de muerte en el corazón. ¡Qué bondad ni qué ocho cuartos, si cuatro de esos ocho me faltan para borrar dudas y pecados del libro de mi vida! ¿Cuanta ingenuidad puedo cargarme sin parecer más ilusa de lo que soy, persiguiendo algo que es mucho más veloz que las alas que impulsan mi deseo...?

Tuesday, June 02, 2009

... Que a la hora que llegues y no aparezca yo para curarte no llores, sino que sólo susurres todo aquello que canté en tus sueños; que me hables desde el silencio de una habitación vacía; que las ondas sonoras de tus suspiros más callados provoquen corrientes frías sobre mi cuello rígido; que la suavidad de tus labios arrope el helado palpitar de mi corazón ingenuo en un torbellino de pensamientos astutamente crueles; que la calidez de tu dulce piel nutra ilusiones vanas y sinsentidos importantes para una existencia volátil; que la más débil de tus exhalaciones sea suficiente para que me empujes, para que caiga al oscuro abismo de la desolación; que seas mi extraño bien conocido y yo prometo ser tu conocida más escurridiza...

Jamás dudes de mi presencia sin estar, y no te tomes como segura mi lejanía disimulada.

Estaré ahí. Presente entre las sombras de tu cuerpo y la opaca luz de tus ojos iluminará mi espalda desnuda, violenta y agresiva como la mirada que diriges hacia mí a través de la habitación llena de gente borrosa, totalmente incorpórea, simplemente irreal. Me esconderé entre las nítidas imágenes de tu letargo inducido por el veneno de los recuerdos de una rosa marchita y seré yo quien descienda a la fosa del rencor. Nadaré en tus lágrimas corrosivas por el dolor que te causa un juego inhumano cuyo objetivo fue ser solo pasatiempo inconstante y las beberé en tu honor, ahogándome en ellas sabiendo que soy presa del mismo destino. Caminaré el resto de la eternidad por los parajes de una historia que se repite una y otra y otra y otra vez; de ése cuento sin fin, de ésa foto vieja en un marco roto, de la canción de la cuál es imposible aprenderse la letra, de los siempre presentes últimos alientos, del cerrar para siempre los párpados delante de más bello amanecer…