Monday, June 11, 2012

De apologías y planes...

A veces -últimamente sobre todo- me cuesta levantar la pluma. O acercarme al teclado. Quizá por falta de interés, probablemente por falta de tiempo, tal vez porque estoy en una etapa de imaginación, planeación definición, experimentación, reajustes, re-acomodos; seguramente porque me veo obligada a decidir cosas, a valorar y evaluar otras muchas. Es, digamoslo en términos simples, una forma diferente y definitiva de abandonar lo que he conocido hasta ahora y salir de la zona de confort.

Confieso que es un proceso que me aterra profundamente, pero que a la vez me inyecta energía y ánimos para seguir porque es -hoy por hoy- una de mis metas a conseguir para antes de junio de 2013: migrar de la casa de mis padres hacia la vida independiente. That soon, huh? Pues sí. Tendré para entonces 23 años y un título universitario. No es mucho. No pretendo que lo sea. Tampoco me voy a hacer creer que lo sé todo, que nada me va a pasar y que no voy a cometer errores. En otras palabras: soy joven (quizá demasiado inmadura) pero el haber vivido con aquella frase célebre de mi padrino -"Los adolescentes piensan que son las tres i's: inteligentes, infértiles e inmortales"- creo que por lo menos me ha hecho estar consciente de tres cosas: 1) Inevitablemente me voy a equivocar; 2) Lo importante es no dejarse llevar demasiado por las ganas y detenerse a medir los riesgos y 3) estar lejos del confort de una casa en donde lo tengo todo me va a obligar a madurar y a volverme responsable de mi misma.

Quizá lo curioso del caso es que lo estoy escribiendo desde la parte racional de mi misma. Si quiero ser un poco más humana, confesaré que una gran parte del motivo para buscar la mudanza es poder hacer las cosas que crea convenientes, agradables, asequibles, cuando yo decida hacerlo y enfrentar las consecuencias a mi manera whatever that means y whichever way that is, sin que se me cuestione. Suficiente tengo con mis propias dudas de mi misma y de mi propia capacidad como para poder lidiar con terceros. Como toda libertad, estoy plenamente consciente que conlleva responsabilidades. Pero en mi caso, el carecer de esa "red de seguridad" que implican todos los beneficios que tengo hoy, indudablemente me obligará a asumirlas. Saber que nadie más hará las cosas por mí será un incentivo -o una presión- para hacer, deshacer, rehacer. Para transformarme ¿Por qué no lo hago ahora? Por una sencilla razón: a mi me conviene, mientras siga donde estoy, seguir en la dinámica en la que estoy. Es fácil, cómodo y no arriesgo nada. ¿Egoísta? Claro. ¿Me siento culpable? Para nada. Pero quiero que el egoísmo de ahora cambie a ser un egoísmo por subsistencia, no por comodidad.

Mi cabeza... y yo funcionamos de una forma extraña y compleja. En esta lógica de querer salir de la zona de confort hay una necesidad de cambio constante. Aún si yo me mantengo auténtica y accesible a todos, sin máscaras -o con máscaras que revelan más de lo que ocultan- , no puedo no ver las situaciones nuevas más que la oportunidad perfecta para conocerme mejor y para mejorar. Creo que el punto es siempre transitar hacia la mejor versión de mi misma. Aún con mis pensamientos y acciones diarias, lo que pienso y digo y hago -aunque no siempre sea lo adecuado y me equivoque- lo uso y lo planteo como algo siempre mejorable.

¿Mis ideas específicas en torno a mi meta? Primero conseguir un empleo remunerado. No sé en dónde o haciendo qué. Me encantaría que fuera como asesora de alguien del H. Congreso de la Unión. Ése es mi dream job. Pero en realidad, no me pondré mis moños. Creo que lo esencial en este momento es que me paguen. Lo segundo... conseguirme una o un roomate con quien compartir gastos y un departamento que podamos mantener juntxs. Bien dice el comercial "Compartida, la vida es más". Lo tercero -aunque esto depende un mucho de quien y cómo sea mi compañerx- adoptar un canito. Ya si eso no es posible, el lugar lo ocuparía el cambio radical en la alimentación: seré vegan. Y como lo que adquiera para mi subsistencia dependería de mí... sería cuestión de disciplina. Si ya lo hice un año con todo y la zancadilla de mis padres...

Make it count. Creo que eso aplica a mi. Me equivoco. Mucho. Y muchas veces es el mismo error. El punto es no arrepentirse, aprender y mejorar constantemente, descubrir que hay múltiples caminos diferentes, y saber que, al final del día, lo más importante es disfrutar de todo lo que nos pase en cada día, en este magnífico viaje alrededor del sol.

No comments:

Post a Comment