Hoy vuelvo a ser libre...

"Qué rápido pasan dos días" pienso cuando veo el calendario. Recuerdo entonces nuestras últimas palabras. Y sin embargo, a pesar de todo lo pasado, hoy puedo respirar tranquila.

"Es tiempo de crecer, de madurar, de cerrar ciclos, de arreglar mi vida. Hay círculos que nunca debieron abrirse, otros que no debieron cerrarse, otros que hay que poner en pausa y otros que no debieron haberse puesto en ese estado. Lo único por hacer es remediarlo..."

Miro seis meses atrás y aún me sorprende lo tonta que llegué a ser. Regreso al presente y entonces suspiro y me digo "hay condenas que liberan; libertades que condenan; y por supuesto, indecisiones que nos condenan a una semi - libertad imaginaria, que solo son fantasías inocuas, que en el fondo sabemos que solo tratamos de ignorar o evadir nuestra responsabilidad para con nosotros mismos..."

Por eso hoy digo que vuelvo a volar, pues he roto las cadenas de algunas de ésas fantasías, con aquellos remordimientos. Y sin embargo me condeno también a la incertidumbre que acosa a todos aquellos que deciden actuar: ¿Qué hubiera pasado si...?

Y sin remordimientos y con conocimiento de causa tengo el espíritu en paz después de muchos meses de un idilio entre mi conciencia, mis emociones y mis lealtades. Me siento plena hoy que empiezo una nueva etapa en mi vida, una en la que terminaré de definirme como persona, como mujer, como ciudadana.

Porque es posible que por mi temperamento y carácter soy una persona que tiende a estar sola, pero la soledad no me asusta ni me incomoda; porque sé que nunca estoy sola: siempre estoy conmigo misma.

Hoy que empieza el resto de mi vida me doy cuenta y entiendo porqué en todos los idiomas la primera persona siempre es YO.

Hoy no dependo de nadie más que de mí para sonreír, para llorar, para respirar y sentir hasta la última célula de mi ser.

Hoy soy yo la que interesa, la que decide, la que es firme y no le teme a nada, ni a la Muerte, ni al Error, ni siquiera a Dios...

Hoy pienso, preveo, decido, intuyo, digo y actúo, aun si eso significa dejar suceder las cosas como vengan, pues aun no actuar es decisión y acto a la vez...

Hoy no escucho nada, solo el eco de mi propia voz, la contundencia de mis conclusiones. Hoy bailo al ritmo de mi corazón, al tempo de mis emociones. Hoy no veo las miradas de la gente, sino solo mi mirada en el espejo fiel a la imagen, que se aprueba o sanciona a sí misma.

Hoy solo existo yo, mí misma, conmigo...