La última y adiós...

"La vida no es ni blanca ni negra, hay miles de matices de gris que son los que nos hacen crecer"...

No. Definitivamente no estoy como para hablar de policromatismos en este momento. Ahora solo quiero morir. A LO QUE FUI, A LO QUE SOY, A LO QUE NUNCA SERÉ.

Porque "seamos realistas y hagamos lo imposible" nunca fue una frase posible, porque puedo romper paradigmas, para entrar en otros más grandes.

Porque reitero lo dicho... "Cada día tengo menos motivos para estar aquí, sin embargo, quiero quedarme y reparar los errores cometidos. Cada día se acumulan lágrimas que amenazan con salir, pero mi conciencia me dice que las combata a morir..."

Porque cada día siento que me voy quedando relegada, que tengo que volar a un paso que es demasiado rápido para mí, pero que para el mundo va excesivamente lento.

Porque no es que viva en función de otras personas, sino que simple y llanamente me voy quedando sola, en una carrera que sé que no podré terminar, "porque a veces la soledad no es lo que uno desearía, sino una prueba que no toda la gente es capaz de superar..."

Porque a pesar de querer no llorar, con cada lágrima que se rompe en mi almohada o se reprime en mi mirada, una parte de mí se va muriendo.

Porque, de nuevo, vivo en un mundo realista en el cual una idealista como yo, tiene que tratar de aterrizar sus sueños, para que si algún día se tropieza y cae, el golpe no sea tan fuerte, que le enseñe, pero que le permita levantarse de nuevo... el problema es que no sé cómo levantarme, que me dolió el golpe que me dí y que no sé cuanto tiempo tardaré en sanar...

Porque sé que no debí confiar tanto, que no debí precipitarme, pero el hubiera no existe muy a mi pesar...

Porque a veces no puedes evitar ser quien eres y cómo eres, por más que lo desees...

Porque el ser humano cambia y se adapta, y quien no lo logra se queda en el camino, y parece ser que ya me quedé atrás...