Saturday, November 28, 2009

An apology to your absence...

Seven weeks. It’s been seven weeks since I couldn’t control my insecurities and my jealousy. As unfounded and unreasonable as those feelings always are, they were all it took me to completely ruin whatever little happiness my life had. I was, am desperately hopeful that this situation at least bothered you a tiny little bit. However, as time goes by, I can only see that it meant nothing... that I meant nothing. And though you were my best friend, the one that advised me not to fall in love for you, you just let me act as stupid as I am. I left without any reason or explanation, thinking that you would get worried and call, that you would show how important I am... was to you. But it never happened.

Just three weeks ago, I broke down. All my pride and pretended sufficiency crumbled when unconsciously, my fingers dialled your number. Believe me, I did try to repress and suppress the urgency to contact you. I confess that your indifference hurt me and my defence mechanism came into action, trying to convince my self that I shouldn’t care if you didn’t. Then again, the irrational part of me has always won over what I know, or think, that I should do. I tried to come home to you; I embraced you in front of everybody, trying to make you see that my surrender was unconditional. Perhaps that was my second gravest mistake, for you had explicitly asked for no public signs of affection. But I couldn’t really help myself when I missed a little too much your skin and your arms around my body, so I tricked my mind into believing that you had returned my hug.

For four weeks, my heart had been tortured: freezing with your complete lack of interest, your scorn, your coldness and yet, whenever I saw you, it burst into fire with all my hurt, my forgiveness and the love I feel for you, even though I’ve always known you despise it. I whispered in your ear a request my head had prohibited.

“I need to talk to you. I don’t want, I NEED to talk to you. I miss you so much…”

Your response was as evasive as I knew it would be.

“Give this week. Right now I have more pressing matters in my mind.”

I told you I would wait, meanwhile, time continued to scurry away. One day... three days... the weekend came and went and I didn’t hear from you. I began thinking that you had forgotten all about me, that maybe I had really messed things up; that’s when I decided to just [leave; to never disturb your life again, given as you had already erased my existence from it and you were trying to erase yours from mine. Consciously or not, everyday you slither away from me, you are cutting my soul. Bit by bit, you're leaving the hole of your absence; my hollow chest is where the rest of my body and existence are joined together. Each glimpse my eyes catch of you is a drop of acid to the remains of my heart...

To this day I am waiting. In my dreams you keep coming back, holding me and saying that it doesn't matter what I did; that you forgive me and that you will, in time, trust in me again; that you won't ever let me leave and that you will be patient and shake some sense into me or wait for me if I ever do that once more. Whatever it is left of my heart still consumes itself in the flames of the love I have for you.

I'm sorry, and I miss you so, so much...

Sunday, August 30, 2009




Fue una tarde de otoño, luminosa y fría; cuando tu suave voz y apacibles frases llegaron a mis oídos. Me sedujo tu tranquilidad, la profundidad de tu mirada, la extrañeza de tu pensamiento. Acentuaste mi curiosidad de ti cuando me hablaste de mí desde un primer encuentro. Te volviste mi misterio personal, el acertijo que plagaría mis noches y tus días.

Lo inimaginable sucedió entonces, en un clima gélido, estéril, germinó un sentimiento diferente de una amargura que había crecido como la hiedra en un jardín abandonado.

Fue un milagro el que hiciste en mí, una maravilla lejos de lo natural, más allá de lo etéreo, menos visible que el aliento que quise soplar sobre tu piel. Me entregué a ti sin que lo supieras, fui tuya sin reservas desde entonces. Sin señal alguna fuiste apoderándote de un pensamiento obsesivo, violento, de intensidad interminable. Así es nuestro sexo: intenso, indomable, es nuestra energía violentada.

Pecaminosos, mis sueños te han buscado en cada hora de sosiego y oscuridad que me ha acorralado indefensa, sorprendida, desprevenida a la eterna tentación que son para mi tus labios que recitan una poesía tan volátil como el viento, que quisiera acariciar lánguidamente con los míos; los mismos que son un tormento con una sonrisa pícara, que son inspiración y arma letal.

El cálido tacto de tu piel contra la mía, el tempo de nuestros corazones marcando la cadencia de nuestros movimientos, la sincronía de la obra y del poeta en su máximo esplendor; la oración dedicada al otro en un intento de perpetuidad. Actué en ese instante la obra que me arrastró a un mar cuyas olas me cubrían de pasión y vacíen sobre nosotros su humedad salina; un mar cuyos estruendos son los nuestros, que retumban buscando el refugio de la negrura de la noche en la que somos: eres y soy.

Y es en ésa humedad en la que nos encontramos desnudos, dibujando estelas, trazos que son las letras de aquel deseo, son las notas de ese orgasmo, los hilos de un tapiz con forma de tu silueta angulosa, el rumbo dirigido de nuestras manos explorándonos. El éxtasis lentamente da lugar a la paz que sólo encuentro entre tus brazos, cuando el silencio es nuestro mensajero, cuando la poesía quedo tatuada en nuestra piel, unida todavía por los signos del imposible.

Hay noches que sólo hay imágenes de ti, hay días que traen tu aroma, hay horas que me hacen buscar tu aliento, hay silencios que quiero nadar contigo, hay en ti mares en los que debo ahogarme sin pensar en nada mas que en ti...

Tuesday, July 07, 2009

Magia, al momento de pensarte, en el instante preciso en el que, con tu fuego, comienzas a enredarme en una espiral que desciende a lo más oculto de tu ser. Piel que incita, piel que provoca, piel que hipnotiza, piel que conquista.

Poesía que es chispa y tú, poeta, amo de mi mirada perdida, regálame un soplo de tu vida y un papalote hecho del lienzo que sólo en sueños es refugio de nuestra historia. Despierta al recuerdo de mi voz hablando incoherencias que deleiten tus oídos distraídos.

Una caricia mía mando a tu piel, y mil más viajan por el espacio sideral al último rincón de tu alma... Guárdalas celosamente mientras estés lejos de mí, navegante. Saca una de ellas cada noche y toca tu melodía pensando en mí; úsalas también como cobijo durante las noches de melancolía y nostalgia.

Recuérdame entonces:
perenne,
difusa,
intensa,
i N t E r M i T e N t E

Yo estaré aquí a tu regreso, con Penélope a mi lado haciéndome compañía en tu larga ausencia.

Llegarás al puerto hacia donde mira mi ventana. Iré corriendo entre las sombras de una noche sin luna a reunirme contigo, corazón. Te estrecharé entre mis brazos y veré en tus ojos, como siempre, un sendero de luz con destino al infinito. Y entonces sí, podremos viajar por la claridad imperturbable, sin desdeñar al tiempo la cadencia de la oscuridad inquieta...

Tuesday, June 23, 2009

¿Te importaría morir en mis brazos? ¿Sucumbir a la tentación que presenta mi oferta pasional? ¿Entregarte a la volubilidad de mis deseos? ¿Dejarte robar un beso por mis labios furtivos y asustados, perennemente asediados por dudas de sí? ¿Alimentarías un alma que se ha ido hacia tu luz?

Ríndete y déjame rendirme. Acepta como tributo mi corazón palpitante.

Guarda sus secretos como si fueran versos; cuida de él como si fuera lo más bello que te pudiera entregar. Nunca cuestiones la pureza del sentimiento que te regalo sin que lo pidieras. Es genuino, es sensible... Es como yo: intenso, confuso, indeciso e irracional, pero siempre constante, presente en las orillas, eternamente ahí... Déjalo ser faro, ser sostén, ser... inspiración...

Y entonces así, rendidos y desnudos, busquemos aquella ruta al paraíso, encontremos el número infinito, la razón primera de todas las cosas... convirtámonos en el centro del universo que se reduce a dos... Deja que el roce de tu piel contra la mía sea lo que cubra nuestra intimidad, que la luz de tu mirada nos alumbre...

Hoy mi sange fluye fuera de mis venas: corre por mis mejillas,por mis manos; por mi torso sediento de tu piel. Brota delicadamente por mis labios secos, por mis ojos desvelados, por mis pies andantes de rumbos tuyos que no llevan a ti...

Hoy el manantial de mis ilusiones se duerme en aras del sosiego, que será cierto cuando no seas más barril sin fondo...

Sunday, June 14, 2009

Después de leer, lloré. Lloré de rabia, de desconcierto, de desolación. Pero sobre todo, lloré de amor sin esperanza. Tragarónme mis lágimas, me encerró mi corazón marchito y en la soledad del cautiverio recordé aquel sueño... la imagen del mar que con toda su fuerza, me hundía sin poder salir.

La angustia que se llenó de silencio, el miedo que tenía sabor a sal, la opresión aguamarina que se cernía alrededor de mi pecho se volvieron el instrumento de un fallido intento artístico... y del comienzo del final de mi sensatez.

Me encuentro en la oscura soledad de mi habitación, rodeada de velas, arrullada por un murmullo ininteligible, envuelta solamente por la luz de una luna menguante y el aroma de un recuerdo vago y difuso, que tal vez sea sólo un delirio del alma moribunda que todavía se aferra a mí...

¿Cuán dulce puede ser la agonía? ¿Cuán agradable es la tortura de la ausencia? ¿Qué tan placentero será el morir a la sombra de unas ganas locas de besarte y una consciencia que lo impide?

Me pregunto porqué jugaste así, con reglas inconstantes; inconstantes como tú; como tus palabras dirigidas a mis oídos; como tus miradas que me buscaban; como la luz en tus ojos, que jamás llegué a ver con la luna sobre tu cabeza. Inconstante como mi respiración cuando estás cerca; como mis pasos de baile a la cadencia de tu mando; como toda mi vida cuando gira en torno a ti...

Sale de mi cuello un gemido de tristeza cuando comprendo que tu naturaleza es ésa: probar, inquietar y volar lejos. Y es precisamente tu naturaleza la que ha dejado a la mía tirada sobre la sal de la arena sin mar, luchando por sobrevivir con una herida de muerte en el corazón. ¡Qué bondad ni qué ocho cuartos, si cuatro de esos ocho me faltan para borrar dudas y pecados del libro de mi vida! ¿Cuanta ingenuidad puedo cargarme sin parecer más ilusa de lo que soy, persiguiendo algo que es mucho más veloz que las alas que impulsan mi deseo...?

Tuesday, June 02, 2009

... Que a la hora que llegues y no aparezca yo para curarte no llores, sino que sólo susurres todo aquello que canté en tus sueños; que me hables desde el silencio de una habitación vacía; que las ondas sonoras de tus suspiros más callados provoquen corrientes frías sobre mi cuello rígido; que la suavidad de tus labios arrope el helado palpitar de mi corazón ingenuo en un torbellino de pensamientos astutamente crueles; que la calidez de tu dulce piel nutra ilusiones vanas y sinsentidos importantes para una existencia volátil; que la más débil de tus exhalaciones sea suficiente para que me empujes, para que caiga al oscuro abismo de la desolación; que seas mi extraño bien conocido y yo prometo ser tu conocida más escurridiza...

Jamás dudes de mi presencia sin estar, y no te tomes como segura mi lejanía disimulada.

Estaré ahí. Presente entre las sombras de tu cuerpo y la opaca luz de tus ojos iluminará mi espalda desnuda, violenta y agresiva como la mirada que diriges hacia mí a través de la habitación llena de gente borrosa, totalmente incorpórea, simplemente irreal. Me esconderé entre las nítidas imágenes de tu letargo inducido por el veneno de los recuerdos de una rosa marchita y seré yo quien descienda a la fosa del rencor. Nadaré en tus lágrimas corrosivas por el dolor que te causa un juego inhumano cuyo objetivo fue ser solo pasatiempo inconstante y las beberé en tu honor, ahogándome en ellas sabiendo que soy presa del mismo destino. Caminaré el resto de la eternidad por los parajes de una historia que se repite una y otra y otra y otra vez; de ése cuento sin fin, de ésa foto vieja en un marco roto, de la canción de la cuál es imposible aprenderse la letra, de los siempre presentes últimos alientos, del cerrar para siempre los párpados delante de más bello amanecer…

Wednesday, May 20, 2009

En la mitad de mi sueño confieso,
que no te he de escribir a ti oscuridad;
será este el último suspiro tieso
del cual es testigo mi absurda soledad.

Rodeada de pedazos de cielo,
mi alma ruega por un soplo de tu aliento
y mi pecho vahído sólo guarda nada
palpitante con la sensasión de... ahogo
causado por mi atroz demencia
perpetuado por la indiferencia
inexorable a mi mirada vacía

Friday, May 01, 2009

Miré el plano de mi vida a luz de una vela, con el sereno golpeteo de las gotas de una bienvenida tormenta primaveral en mi venta como música de fondo. Encontré, por casualidad, un crucero interesante, en donde el punto de convergencia de todas las direcciones se volvía el final del camino de ida y vuelta a cualquier lugar.

Friday, April 24, 2009

Quise darme la oportunidad de perderme en la profundidad de los colores con los que he decidido adornar las cuatro paredes que albergan mi vida, de ahogarme en los recuerdos que faltan por poner en cada mancha de pintura.

Caí en la tentación de acomodar cada uno de esos espacios en blanco por muros: el primero será para mis amigos, presentes o pasados; el segundo será para mi familia; un tercero para el ser amado y las fantasías que a él conciernan; el último será para mi filosofía. Quedaba vacío el techo, pero a él le destinaré las experiencias de mi soledad, las letras que narren a cualquiera que entre a mis dominios lo fantástico de mis imaginaciones.

Será mi techo el lugar en donde, con tinta de color carmesí, escribiré cada noche una canción de cuna para mi pasado; para que en paz me deje soñar con un futuro que, quizá, jamás llegue a completar; para que, en el presente en el que cierre los ojos y me hunda en la inconciencia, pueda entonces pensar que soy... y ser.

Tal vez de cada curva de mi caligrafía lluevan esperanzas que inunden el piso; el mismo que tantas veces no me ha dejado caer mas abajo en mis momentos de debilidad; el mismo que me ha acunado cuando mis lágrimas han rodado por mis mejillas... y en él encontraron su lugar; el mismo que me ha dado las bases para volver a levantarme y andar sin destino fijo; el mismo que será el lugar en el que yo descanse cuando llegue mi final...

Comencé a mover lentamente los pinceles: sabía muy bien que no me iba a ser fácil dejarlo a mi gusto pues, carente de habilidad plástica, mis intentos siempre fallidos de diseños únicos siempre eran eso: fallidos.

Llegó la noche y mi labor apenas comenzaba...

Monday, March 30, 2009

Anhelos...

Regresábamos al refugio. Habíamos ido al pueblo al amanecer y el recorrido era corto. Desayunamos junto al lago y volvimos a la cabaña.

Estaba hiperactiva, y de algún modo te convencí de ir a caminar por el bosque, lo cual comenzó siendo un inocente paseo de niños. Parecía que la luz del medio día alumbraba con ingenuidad el cenit de nuestra amistad. Pero a medida que avanzaba el sol, las tonalidades del cielo teñían el aire de sensualidad y erotismo reprimidos. Jugábamos sin darnos cuenta al juego que implica el paso a ser algo aún más profundo que el lazo que nos estrechaba. Te acercaste inconscientemente al borde el precipicio, y yo, locamente enamorada de ti, te seguí sin que me importaran las consecuencias. A los diecinueve, ¿qué efectos tienen importancia, cuándo lo que has querido por largo tiempo está a punto de suceder?

En el crepúsculo de ese día de primavera, un paraje totalmente oculto por laureles nos guardó el secreto de lo que fue transcurriendo en un silencio sagrado. Ni tú ni yo nos atrevimos a susurrar siquiera. Me acerqué lentamente para tomar tu mano, y me paralicé a la mitad. Surcaron mi osadía todos mis miedos e inseguridades. A pesar de ser camaradas de día, casi confidentes en las tardes y por las noches mías un sueño, te seguía admirando de lejos, como un marinero a una estrella; eterno guía del sendero de la vida.

Supongo que fueron mis ojos los traidores de mi secreto, pero en el momento en que tus pupilas se fijaron en la mías, no pude resistirme a nadar en ellas, a perderme en el misterio que guardan. La curiosidad fue siempre mi mayor debilidad, y eso lo sabías a la perfección. El tiempo se detuvo cuando tu alma leyó la mía y tu respiración se volvió lenta, como si conteniendo el aliento fueras a comprender mejor la profundidad de la emoción, a sentir la fuerza de la pasión.

Me acercaste a ti sin que yo me lo esperara. Accedí, y pronto estuve entre tus brazos. Me estrechaste suavemente contra tu pecho y escondiste la nariz en la base de mi cuello. Sutilmente yo también rodeé tu cintura y entonces me dí cuenta que me sentía completa, segura y sin temor alguno.

Una lágrima cayó por mi mejilla y un suspiro se escapó por entre mis labios. Buscaste la fuente del estremecimiento y besaste dulcemente el rastro húmedo de mi piel. Tus labios siguieron recorriendo mi cara hasta que el impulso pudo más que yo, y sin más preámbulo, los capturé con los míos. Fue un beso tierno, lánguido; perfecto.

Tenía los ojos cerrados, aún después del fin de nuestro primer beso; la quietud y el silencio que antes eran confortables, ahora me parecían hostiles, casi amenazadores. Intenté romper lo que nos encerraba como una campana de cristal inmaterial, mas tú lo impediste tocando el borde de mis labios.

Te acercaste a mi oído y me dijiste que no tuviera miedo. El tranquilo resonar de tu voz me causó un escalofrío placentero. Copié tus acciones y te susurré que contigo me era imposible temer. Me paré de puntillas y besé tu nariz. El nerviosismo se apoderó de mí; era consciente de mi inexperiencia en el arte de la seducción y de mi falta natural de sensualidad. Pero seguí adelante. Mi deseo de estar contigo podía confundirse con una necesidad imperiosa, que me llenaba de desesperación con cada minuto desatendida.

Tal vez notaste mi incertidumbre, porque tomaste la iniciativa. Te paraste detrás de mí y me rodearon tus fuertes brazos. Comenzamos a movernos, a bailar sin música, ya que el lento ritmo del desplazamiento de nuestros cuerpos lo dictaba la pasión. Eran muchos tiempos en uno, una mezcla perfecta de jazz y tango. Poco a poco, fui perdiendo la conciencia.

Comencé a sentir tu aliento en mi hombro desnudo, tus manos bajo mi blusa en el borde de mis jeans. La reacción fue inmediata: volteé a verte con los ojos cerrados. No necesité tu imagen, ya que mi inconsciente había memorizado esta escena. Mis dedos temblorosos encontraron los botones de tu camisa y se aventuraron por tu pecho. La luz de la luna llena quemaba en la memoria este momento.

Habíamos llegado al punto en dónde habría que decidir si nos ignorábamos o si cruzábamos la frontera de lo conocido… y al parecer no nos costó mucho tiempo llegar a una deliberación unánime. El beso que siguió fue más intenso, con una fuerza que arrasaba; provocó que se encendiera fuego en mí. Me derretí contra ti, y sin enterarme cómo sucedió, me vi rodeada por verde y mi espalda contra hierba áspera. Sentí tu cuerpo que me aprisionaba contra el mundo; mi paranoia quedó olvidada y te miré a los ojos con la esperanza que todo mi amor se reflejara en ellos.

Me sentí inquieta cuando no reaccionaste. Te quedaste quieto y en silencio, como si tus pensamientos se hubieran ido de tu cabeza; tal y como yo había hecho tantas veces antes, solo porque era divertido regresar a mi misma y encontrarme contigo sacudiendo la cabeza de manera condescendiente, dándome por mi lado. Supuse que debí haber hecho lo mismo, pero la verdad es que me aterraba la idea que, de un momento a otro, decidieras que lo que estábamos haciendo era un error y te marcharas dejándome con un corazón hecho pedazos.

Sonreíste con esa sonrisa torcida que sabías que me volvía loca. Fue de lo primero que noté en ti, pues te daba un aire pícaro, como de inocente niño travieso.


-¿Qué pretendes?- la pregunta salió sin que yo la formulara conscientemente.
-Nada.- Brillaron tus ojos junto a un susurro lleno de misterio- Bueno, nada que no pueda hacer que esto sea aun más divertido.
-¿Eso qué quiere decir?- tu actitud me alteraba; sabías que me desesperaba no entender las cosas.


Poco a poco nos fuimos sumiendo en un vórtice de intensidad indescriptible. Nuestros sentidos respondían al unísono con las emociones y el amor que flotaba en el aire se nos pegaba a la piel, protegiéndonos de la indiferencia del mundo. Nunca supe realmente cómo sucedieron las cosas; el orden del cosmos por primera vez perdió lo interesante. Para mí, sólo existías tú y el momento en que fuimos uno.

Desperté a la luz de una luna desnuda, igual que yo. Tus ojos se fijaron en los míos y los dedos entrelazaronse dulcemente. Tu voz irrumpió sutilmente en la algarabía de mis pensamientos… y se quedó ahí. No supe qué fue lo que dijiste, pero eso era trivial; sabía que ese momento era real y no deseaba que terminara; de haber sido por mí, habría aplazado el regreso a la cabaña hasta el final de nuestras vidas, pero el tiempo apremiaba nuestro encuentro con el resto del mundo.

Tuesday, March 24, 2009

Eres mi ruta de escape, mi rincón surrealista, las visiones esotéricas de un turbulento espíritu de cielos grises y lunas rotas.

Lanzas al viento del otoño las cenizas que vuelan por las ataduras del inconsciente libertino, que en su profundo color azul, me transportan a una dimensión desconocida de mí misma.

Recorres suavemente la cortina que oculta mi piel cetrina y rasgas sin clemencia mi existencia etérea. Vas por mis sueños llenando mi alma de moretones que me recuerdan tu exquisitamente dolorosa penetración perversa.

Te marchas satisfecho, y yo me quedo con heridas que arden en un arrebato de ácidos celos irracionales cuando veo cómo la miras.

Sólo entonces, mientras se quema el corazón, es cuando recuerdo que siempre creí en una mentira; una utopía que se volvió el centro de mi Universo.

Ahora eres sólo un extraño; un extranjero que viene solo de paso hacia un destino mínimamente más interesante que yo...

Thursday, March 19, 2009

Ilógica coherencia...

Compás, intento de danza
inimaginable: estrellas y buena cadencia
pusilámine forma que el pensamiento emancipa;
anhelos de leyendas en movimientos.


Dedícame memorias, que la obviedad no las mata,
se quema mi corazón por esperanza que acecha cada noche;
queda sincronizar tristemente lángido pecho y última vida
tantea sin lágrimas sólo inaudible pregunto suspiro.


Amigo poeta, amante poetisa; de luna esencia el verso
plácido segundo, cobijo archivo prosa bañada de aire
ardorosamente tratando enamorarte
reúnen tus labios cuerpos y quimeras
juego milenaria poesía grabada corazón desvanezca...

Thursday, February 19, 2009

Delirio...

Bleeding slowly through an already failed attempt of walking down this path. With every taken step, gushes of memories and hopes are spilt over the thorns of the reality faced by own decision.

A hurtful moan is heard over the distance, followed by an arrhythmic heartbeat and a sad melody... my fall will be for you, my love will be in you, you were the one to cut me, so I'll bleed forever...

A pause is made unconscious and alert. Paranoid, a glance is thrown over shoulders when the feeling of being watched became overwhelming. Keep on walking stiffly, nervousness getting hold of senses, self consciousness gripping tightly the sinful body.

Spirit chokes on irate tears, with pools of regret becoming so much to handle without losing the inner peace. Questions fly and take everything with them; no answers, no faith, no forgiveness, no soul, no ease.

Surreal absence of a utopian being; a haunt that never began and has no end. A thirst that travels through the body with the illusion of being with another. Dreams of finding the half that leads to the point of madness and rationality, the road and destination, the goal and the means. A mystic experience reserved for those who know how to love completely.

Even though being in an open landscape, freedom is a mere object of imagination. Guilt and sorrow consume any notion of independence: chains that prevent an escape from solitude, the one that shuts up passion and wisdom, that kills desire and sense...

Wednesday, February 11, 2009

¿Conoces el sentimiento...?

Admiro ingenuamente tu presencia, con un corazón que late tan deprisa que parece estático. No creo que sea tan sutil lo que he hecho, pero ¡vaya intuición femenina, que falla cuando más se necesita! Me pregunto si algún día ha de regresar de sus largas vacaciones en un bosque de utopía...

¡Qué suspiros logras arrancarme del alma! Ningún símbolo logra hacer eso, por más poderoso que sea... tú, creyendo que sólo eres uno... y yo pensando que todos los símbolos surgen de ti... Puede ser que seas símbolo y hombre a la vez... No busco la perfección absoluta, sino que mis ojos han encontrado lo que a ellos les parece perfecto... o sólo complementario... no lo sé.

¿Creerías tú, en algo tan efímero que es totalmente frustrante, y que al tiempo llena de serenidad si está a tu lado? Tampoco creí en ello hasta que me topé contigo y me golpeó la realidad que me llamaba. ¿Has sido tú, en otras ocasiones, capaz de convertir la conciencia de alguien en vapor? No, tal vez no. ¿Te ha sucedido a ti? Es posible que sí aunque, por el bien de mi esperanza, creo que debería no preguntar...

Me dicen que la curiosidad mató al gato... pero es mi naturaleza cuestionar... y hoy la incógnita que intento resolver es si tu conoces este sentimiento...

Wednesday, February 04, 2009

Tú ganas...

Te declaro abiertamente mi rendición incondicional. A estas alturas de la guerra me tiene sin cuidado perder, ya que lo que más me interesaba cuidar lo perdí desde el principio. ¿Qué tanto orgullo debo quitarme del alma para poder decirte de frente que te amo? Así sin mas, te amo...

Perdí el sendero que me lleva a ti, y tú encontraste un camino que te lleva a ella. Te vi mientras vagaba, y en la espesura del bosque me quedé dormida; cuando desperté, tú no estabas y mi búsqueda se volvió fútil.

Grito sin esperanza al viento. Pido al sol que ilumine tu paradero, aún a sabiendas de lo que he de encontrar. Y sólo quiero saber... ¿En dónde estás...?

Intentaré enterrarte y no voltear a verte. Tal vez llegue el día en que no necesite que apagues con tus besos la sed que me causa el deseo de ti. Dejaré de buscarte: la incomodidad de haberme guardado este secreto será mi penitencia; mi castigo al delito cometido contra las leyes del corazón. Mirarte de reojo podría ser el aliento que me falta para soportarlo, pero simple y llanamente sólo lo hará peor.

Seré egoísta por primera vez en la vida. Que la empatía supere por una vez al sentimiento; verte feliz será suficiente para complacerme a mí, para asegurarme que mi no actuación fue lo correcto...

Cada noche soñaré contigo. Con un eternamente inexistente nosotros... y al despertar mi pensamiento será "tú ganas..."

Monday, January 19, 2009

Pienso que estamos desnudos. Siento en la oscuridad nupcial tu ternura. Rememoro tu parpadeo telúrico, me absorbe tu humedad de niña, me tocas suavemente con tu ceguera de soñarme. Estamos aquí, en tu alcoba con las persianas respirando el vaho de tu aliento.

Miro tu desnudez y entonces caigo: me tienes totalmente a tu merced. No hay escapatoria y no quiero buscarla; tu cálido tacto me hace ver las estrellas. Estoy contigo en un viaje que, espero, dure toda la eternidad. Niño, ¿que has hecho de mí? me tienes suspirando como colegiala enamorada... tal vez así es... si sueño y no estas muero, necesito tu presencia... no te vayas...

Cabalgas entre los sonidos claros de mis estrellas. Mi sorda almohada que solo mira mis sueños crecer entre raíces y versos amanece también muerta, tú estás ahí. Tendida entre el silencio nupcial y la ausencia mortuoria. Trato de hilvanar unas palabras para cubrirte con ellas, pero no puedo. Se posa sobre mi boca tu lágrima, allá a lo lejos nace una amapola.

Amanece... comienzas a cubrir tu cuerpo con telas que retan a mi cordura. En silencio pido que sean tus manos un cinturón que corte la entrada de ilusiones a mi espíritu... o que de perdida lo liberen. Pero no, te acercas a mí, siempre en silencio. Despacio, tus dedos van quitando la sábana que cubre mi piel. Tus ojos encuentran los míos, y en ése instante se detiene el tiempo. No sé qué veo... o si quiera si veo. El aire se vuelve agua en la que nació la vida; es cómo si fuera el principio de todo... ha llegado el final.

Estás ahí en silencio... mirando amanecer, yo sin voz te toco. Usurpas mis entrañas, la silueta eterna de fuego. Estás ahí, dormida. Te nombran las cosas, mil nombres. Etéreo encuentro, silencio. Voz exacta. Poesía. Soy un hombre con claroscuros, soy un hombre con cuerpo, soy un hombre-

El fuego de tus ojos me consume. Expío ahora los momentos de incertidumbre. Insurrectos, mis labios deletrean tu nombre en una súplica que se desvanece en los límites del universo. Pretendo ser invencible, dura y fuerte cómo un diamante antes de ser encontrado... pero dentro, muy dentro de mi alma sé que en cuanto tus ojos se aparten de los míos, seré nada más un cuerpo; autómata, sin sensaciones, porque todo el goce de la vida te lo llevarás... no quiero ser sin ti ...

En silencio sólo se escuchan unas palabras... te quiero...

Y en mi memoria sólo queda una imagen tuya...grabada a fuego en mi corazón...





(Agradezco infinitamente a mi autor favorito por haberme permitido usar una de nuestras creaciones para propósitos de inspiración en este blog. Gracias, Víctor)

Monday, January 05, 2009

Hoy hubo una tormenta. El cielo teñido de gris fue mi lienzo, en donde plasmé el más nítido y hermoso retrato de tus ojos.

La lluvia y mis lágrimas fueron la tinta... dos colores parecidos que formaron el marco; mi anhelo le dio un balance a la luz y a la oscuridad de el misterio que albergan. La confusión fue el pincel que utilizaron mis ávidas manos.

Hice una impresión de tal celestial imagen para mis negros días, para mirarla en otros días de lluvia... para impedir que las descendientes gotas me borren tu recuerdo...

Cayeron las de hoy, y sin más se fueron lejos, sin volver la vista atrás. Esperaré. Tal vez algún día comprendas que yo sigo aquí...

Saturday, January 03, 2009

Historia de un imposible...

Te encontré de repente, mientras vagaba por la vida sin un destino fijo. Iba bailando plácidamente por cualquier camino atractivo, sin siquiera voltear a ver lo que tenía delante de la nariz... no me importaba nada, estaba en un trance del cuál salí cuando te dirigiste a mí.

Lentamente me fui percatando de un ser maravilloso, que sólo se mostraba transparente sin más que él. Y me vi arrastrada sin remedio al vórtice de una pasión desenfrenada, que estaba en el anonimato. Trataba de seguirte los pasos sin ser obvia... quería acercarme a ti y no supe cómo; supongo que sigo sin saberlo...

De la nada comencé a soñarte, a decir tu nombre sumida en la inconsciencia. Te veía en todos lados, incluso cuando me sentaba a dejar volar la imaginación. Cada imagen era etérea, sin más realidad que mis simples quimeras. Y entonces te fuiste volviendo una obsesión, firme pero flexible, casi racional... y fue cuando realmente comprendí lo visceral de mis emociones... lo inocuo de las ilusiones... lo genuino de mi sonrisa a cualquier recuerdo tuyo y mío... nuestro...

Paulatinamente, mientras el sentimiento se hacía mas fuerte y más maduro, las fantasías también cambiaron... y entonces me di cuenta de la naturaleza del deseo, del instinto que se dispara cada que estoy cerca de ti, de la humedad en mis labios... del sonrojo de mis mejillas si nuestras miradas se encuentran, del escalofrío que recorre mi espalda cuando intentas descifrarme... de la arrítmica aceleración de mi pulso y mi respiración cuando te miro... de la creciente duda de mí... de ti... de nosotros... inexistente nosotros...

Pensé que los impulsos me ganarían otra vez. Que me vería a mí misma repitiendo la historia de mi vida. Que en algún momento un desliz momentáneo me haría caer en el mismo error del que ya había perdido la cuenta. Me vi huyendo de todo el mundo; encerrándome de vuelta en mi utopía... Pero por alguna razón… ese momento no ha llegado. La racionalidad sigue superando al anhelo por ahora. Elegí que eligieras tú. Que sería paciente. Decidí no actuar, no por falta de motivos, sino por mera incertidumbre... o timidez...

Tal vez en un mañana... puede ser en un tal vez... quizá pueda alcanzarte, estrella...

¿Cómo es que puedes llevarme sin esfuerzo a la cima del éxtasis? ¿Cómo es que aún no te das cuenta del suspiro que lleva tu nombre, de la lágrima con firma exacta del poeta, con la vuelta que tiene el ritmo sensual de un jazz? ¿Cómo puedes ver lo evidente, saber acerca de lo más sublime, y al tiempo no reconocerlos en una mezcla imperfecta? ¿Cómo es que no detectas, cazador, a tu presa voluntaria, a la que cazaste sin la intención de hacerlo? ¿Cómo te hago olvidar al objetivo dañino y escurridizo, y notar al que ya capturaste?

Arte. Para mí, tú eres arte. En esencia paz, belleza en tu faz. Causas amor en ésta espectadora; emanas pasión de tu razón de ser.

Juro que te Amo. Juro que te extraño cuando no estás. Juro que me muero cada vez que tú te vas.

Eres armonía, eres fuente de poesía. Eres tentación desesperada, eres inspiración disimulada. Eres mi delirio, eres mi destino...